El estadounidense Ryan Jessen sufrió una hemorragia cerebral y su vida pendía de un hilo. Sólo le quedaban unas horas de vida, así que el Hospital Rideout Memorial de California permitió que se produjera un encuentro tan insólito como conmovedor. Los padres del enfermo pidieron al hospital un último deseo: que el perro de la familia pudiera despedirse de su dueño. Compartimos el vídeo del dramático momento.
El corazón de Ryan será donado y trasplantado a un joven de 17 años con problemas cardiovasculares. Una decisión generosa que salvará una vida.
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